Por eso en una de las fotos, veréis que parece como si estuviera en el Olimpo de los Dioses, y es que a veces las condiciones climáticas adversas nos ofrecen un panorama precioso.
Partimos a la hora justa y necesaria para evitar ser absorvidos por la nubes. Otro detalle, cuando restan unos 50 metros para coronar, hay una dedicatoria enorme dirigida a un Presidente de la Federación Francesa de Alpinismo que perdió la vida hace bastantes años en el Nerassol; y la causa, seguramente, fueron las constantes plaquitas de hielo que aparecen al final, todas muy juntitas, separadas por escasos centímetros las unas de las otras, parecía un campo de minas; son una tontería pero eran tan resvaladizas que si pisabas una sin saberlo, el riesgo de correr la misma "suerte" que el homenajeado en cuestión era bastante elevada! De ahí que solo unos pocos nos hicimos la foto en la cima, el resto del grupo optó por parar y aprovechar la espera para recuperar fuerzas y comer un poco!
Luego, "solo", y lo remarco "solo" faltaba el descenso. Aquí resultó clave el trabajo de los monitores, la niebla era muy compacta y no se veía nada más allá de los 20 o 30 metros, algo exagerado.
Al llegar a casa, las notícias informaron que un grupo de catalanes estaban siendo buscados porque se perdieron cuando descendían por una cima cercana a la nuestra. Se encontraron con la misma situación, se desorientaron y se desviaron del camino correcto, al final les encontraron sanos y salvos. Y es que la montaña es sagrada y ni hay que menospreciarla, no hace mucho 2 montañeros perdieron la vida en el Balandrau, un alud de nieve les sapultó mientras realizaban el descenso esquiando. Ja, no es necesario irse a los 8 miles del Himalaya para sentir "emociones fuertes". En un 3000 también nos jugamos la vida!!!