miércoles, 27 de febrero de 2013
Un error personal de previsió i també per vergonya!
Ni mala suerte, ni casualidad, ni el apocalipsis,... nada de eso!! Sin darme cuenta desde el primer momento yo mismo puse mi vida en grave peligro!
Un día antes, el 4 de mayo de 2011 me compré esas botas increíbles y las guardé en la caja hasta el día siguiente.
Un error imperdonable por mi parte!! No conozco un solo alpinista que vaya a hacer una actividad de montaña sin antes poner a punto su material, y todavía más necesario si se trata de una nueva adquisición!!
Incluso los pilotos de motos o F-1 necesitan un tiempo de trabajo para poner a punto sus remodeladas máquinas, aunque sean los mejores del mundo y hayan pilotado más de 30.000 horas y 500.000 vueltas. En mi caso no era qüestión de meses, pero sí de unas horas o minutos de tanteo.
Por la mañana, que realizamos 1000m de desnivel rectos no me di cuenta del error, como el ascenso y el descenso eran verticales, no había problemas de agarre a la vista. Pero...
...entonces por la tarde nos desplazamos horizontalmente!! Cualquiera que haya hecho montaña espero que me entienda, no es lo mismo desplazarte de frente en pendiente que larteramente, y menos si es ida y vuelta, entonces hay que estar en perfecta armonía con todo: brazos, piernas, pies, botas, cintura, cabeza, cuello... en fin hay que saber posicionarse adecuadamente. Adoptar la postura correcta...
...y eso no lo logré, apenas era la primera vez que lo hacía con las botas nuevas. Para resumir: me lanzé a la piscina y el recibimiento fue el peor!
Y ahora que ha pasado un tiempo, no me da vergüenza admitir que la primera vez que cruzamos el torrente me sentí muy inseguro y hasta con un puntito de miedo, precisamente porque sentía eso que os acabo de contar, no había la suficiente conexión con las botas para conseguir la posición más firme; pero al lograr pasar sin problemas no quise preocupar a mi compañero guarda forestal y no le comenté nada! Logré pasar la primera vez porqué mi pierna fuerte es la izquierda y haciendo fuerza logré no perder la estabilidad, pero claro al volver el apoyo estaba en la derecha y ahí sin ser todavía "amigo" de las botas nuevas... ojo!
No me cuesta admitir que primero la falta de previsión y la vergüenza fueron las causantes de la brutal caída. Ni fue culpa de las botas, ni de la montaña y menos de la mala suerte!
Me lo quería guardar para el libro, pero desde aquí quiero transmitir a todos aquellos que vayáis a la montaña, que siempre a la mínima inseguridad, se lo transmitáis a vuestro compañero/a, la comunicación no tiene que producir ninguna vergüenza sea cual sea!
MEA CULPA!! PERDÓ!
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